Datos dan a conocer que el infante sé desplazaba con su padre en una motocicleta, y que al ser un rebasé sé encontró con otra motocicleta de frente, quedando el niño atrapado por uno de los neumáticos de una guagua del transporte interurbano.
El nombre correspondía a Micael Calderón de cinco años, quien fue buscado por su propio padre al colegio antes de la hora acostumbrada para ser llevado al médico
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